Terminada la Ultima Cena, Jesús se dirigió al Huerto de los Olivos a hacer oración y en donde sudó sangre. Judas, el traidor, llegó acompañado de muchos enemigos del Señor y lo prendieron. Fue condenado a muerte por Gobernador romano Poncio Pilato quien lo hizo azotar y los soldados lo coronaron con espinas.

Cargando una pesada cruz caminó por las calles de Jerusalén hasta el Calvario. Allí fue crucificado levantándose la cruz entre dos ladrones. En medio de atroces dolores, murió después de tres horas de agonía, un Viernes, larededor de las tres de la tarde. Al pie de la cruz, con sus corazones traspasados de dolor, estaban su madre, el discípulo amado Juan, María Magdalena y otras mujeres.

"Nosotros debemos gloriarnos en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo; en quién está nuestra salud, vida y resurrección, por quien hemos sido salvados y libertados"